Dormir en un colchón de calidad es esencial para disfrutar de un reconfortante descanso, algo que también tiene una incidencia directa con nuestra salud. Pero no menos importante es la postura que adoptamos cuando nos vamos a la cama. Por ello, en la entrada de hoy vamos a hablar de este tema y os mostraremos las mejores posturas para dormir, las cuales evitarán problemas de espalda y otras dolencias.
Dormir boca arriba
Dormir boca arriba es posiblemente una de las mejores posturas para dormir y descansar convenientemente, ya que nuestra columna va a estar recta y todo el peso del cuerpo bien repartido. Te recomendamos que uses una almohada no demasiado gruesa, para así prevenir que la cabeza quede arqueada. Esta opción, además, nos permite utilizar tratamientos faciales de belleza durante las horas de descanso.
No obstante, si roncas con frecuencia o sufres apnea del sueño, esta postura no es nada conveniente, ya que nuestra lengua se moverá hacia la faringe y podría dificultar la respiración al impedir el paso del aire.
Boca abajo
Los especialistas en descanso afirman que dormir boca abajo es la peor opción, ya que nos estamos apoyando en la parte frontal de nuestro cuerpo. Esto obliga al cuello a permanecer en una posición incorrecta durante la noche, sometiéndolo a tensiones en los músculos y huesos. Por ello, dormir bocabajo está en el origen de numerosos problemas de cervicales.
Si eres incapaz de conciliar el sueño en otra postura que no sea ésta, hazlo sin almohada o con una que sea muy fina, ya que de lo contrario estarías forzando aún más la espalda.
De lado, otra postura para dormir
No es tan buena opción como dormir boca arriba, pero no es tan perjudicial como hacerlo boca abajo. Esta posición tiene la gran ventaja de que la columna no sufre, pero para ello es indispensable usar una almohada con un grosor considerable. De esta forma, alinearemos correctamente el cuello con la espalda y tendremos un descanso reconfortante.
Dormir de lado puede mejorar algunas situaciones de reflujos gástricos, ronquidos o dificultades para respirar, especialmente si estamos en medio de un catarro. ¿El problema? Provoca presión en piernas y brazos, complicando la circulación en las extremidades.